Andrés Oppenheimer en su libro, ¡Sálvese quien pueda!, Realiza una investigación periodística fantástica, para exponernos de forma completa y sencilla la complejidad de lo que nos espera en los trabajos del futuro a la llegada de la automatización.
En su libro nos dice que hemos vivido estos episodios en otras épocas donde la tecnología hizo su aparición y provoco grandes pérdidas de empleos, sabiendo que, al mismo tiempo, la tecnología de la misma manera abre más y nuevas oportunidades de empleo.
La diferencia en esta ocasión es la velocidad que se percibe en la sustitución de los robots por personas en los puestos de trabajo y a la vez la dificultad en las personas de lograr sustituir sus capacidades y adquirir un nuevo empleo y oportunidad.
La investigación muestra la increíble capacidad de sustitución de empleos que esta teniendo la automatización, siendo principalmente empleos operativos y de proceso, pero también, abogados, financieros y médicos, entre otros, personas aparentemente bien preparadas, hacer diagnósticos o emitir un juicio en la corte, probablemente esté en manos de los robots.
Vivimos en una época en donde en la sociedad se viven crisis importantes de identidad, existencial y desigualdad en el mundo, le tengo malas noticias, con la llegada de la automatización estas crisis se van a agravar.
A nivel personal, si nuestro trabajo está en riesgo por la automatización, entre más rápido las personas enfrentemos nuestra crisis a nivel personal más rápido encontraremos salida a nuestra nueva identidad, existencia y oportunidad de sobrevivencia.
¡Sálvese quien pueda!, y ¿quién va a poder?, la buena noticia es que precisamente los seres humanos que inventamos la tecnología somos los mismos, que podremos construir los cambios para que esta amenaza que no es nueva se convierta como en otras ocasiones históricas un beneficio para la sociedad.
Oppenheimer nos advierte en su investigación que la sobrevivencia de los futuros trabajadores dependerá de seis cosas básicamente, la creatividad, la capacidad para detectar oportunidades, la habilidad para resolver problemas, el trabajo en equipo, la educación y la pasión por lo que haces.
Básicamente se requerirá lo que yo llamo formación personal, es decir, reconocer mi propia identidad, valores, principios y talentos, construir propósito individual y en grupo, desarrollar una gran capacidad de poder reflexionar, imaginar, visualizar y sopesar. En pocas palabras, aprender a pensar para pensar.
Así mismo, se requerirá una fuerte formación relacional, es decir, capacidad para escuchar, empatizar, negociar, pactar, comprometerme y exigirme con otros para crear e innovar, para detectar oportunidades y resolver problemas complejos juntos.
Finalmente, la pasión por aprender constantemente, sin duda la educación es elemento eje de cambio y mejora, aunado a la actitud apasionada por hacer algo cada día mejor o dar un valor agregado especifico con entrega y esmero.
Todo lo anterior son habilidades psicosociales que pertenecen solo al ser humano y que le permitirá participar en la dinámica social del futuro.
En el futuro la formación profesional, ósea, la de seguir un método, tener datos, información y cálculos, los investigadores de la automatización se lo dejan a la gran red de información y a la inteligencia artificial, lo que no representara un diferencial para el ser humano en su trabajo.
De hecho, estas características particulares del ser humano permitirán guiar el buen aprovechamiento de la inteligencia artificial y la automatización para el provecho del Hombre, somos los que podremos convertir la amenaza de la automatización en oportunidad y bienestar.
Adicionalmente, Oppenheimer nos comparte en su libro que una proporción importante de estos trabajadores exitosos y sobrevivientes a la automatización, ofrecerán sus servicios a las grandes empresas tecnológicas, como pequeños empresarios independientes que probablemente requerirán estrategia y la construcción de una mínima estructura organizacional para consolidar su éxito.